La pequeña
Luz Milagros ha cumplido un mes de vida. La mañana en que nació -con sólo seis
meses de gestación-, fue dada por muerta, la pusieron en un cajoncito y la
llevaron a la morgue del Hospital Julio C. Perrando, de Resistencia, Argentina.
Mientras tanto, su madre dormía bajo el efecto de los sedantes suministrados
después del parto.
Doce horas
más tarde, cuando le quitaron la medicación a la madre, se dirigió junto a su
esposo a la morgue. “Quería verla”, dice Analía Boutet, de 29 años y madre de
otros cuatro niños. "A mi marido le dijeron que había nacido muy débil y
por eso murió, pero el certificado de defunción dice que nació muerta", explica.
En la
morgue ocurrió lo inesperado. La encargada del lugar buscó el cajoncito y se
los entregó. "Yo tomé aire y miré, sin saber qué iba a encontrar. El
cuerpito estaba cubierto por una tela. Le vi la carita, tenía los ojos abiertos
y giró la cara y la mano hacia mí. Hizo como un suave quejido. Pensé que estaba
loca. Grité: «¡Señora, ¿por qué mi bebe se está moviendo?!» La señora de la
morgue se acercó. Ya movía las manos y las piernitas. La levantó y empezó a
caminar para la salida, pidiendo ayuda", cuenta Analía. Ella cayó de
rodillas.
Analía y su
esposo son cristianos evangélicos; y ahora su fe en Dios ha sido renovada por
lo que ellos consideran un milagro. Los jóvenes padres explican que el nombre
que habían escogido para la beba era Luciana Abigail, pero dadas las
circunstancias que rodearon a su nacimiento, los llevó a llamarla Luz Milagros.
Evolución
favorable
Le tocó
nacer en una provincia en la que casi doce de cada 1000 bebes mueren antes de
cumplir un mes. Nació, pero la anotaron con un doble cero. Significa que había
llegado a este mundo sin vida. La pusieron en un cajón, lo clavaron y lo
guardaron en la morgue. La gran pregunta que nadie puede contestar es qué pasó.
Si su corazón latía, debió vencer al frío de la morgue ("tenía
escarcha", dice la familia) y finalmente, a pesar de todo, la vida se
abrió paso esperando que el amor de sus padres llegase a rescatarla.
Los propios
médicos están divididos. Unos dicen que hay un caso único similar ocurrido en
Israel, en el que el frío facilitó el menor consumo de oxígeno. Otros creen que
un bebé nacido prematuro, sin signos vitales y abandonado a bajas temperaturas,
sin alimento ni suero, es imposible que sobreviva, en cuyo caso sería un
milagro.
Luz
Milagros, la bebé que venció a las estadísticas de mortalidad neonatal,
continúa internada, pero con el nuevo hecho excepcional de que a pesar de todo
lo ocurrido tiene una evolución favorable dentro de haber nacido con seis meses
de gestación. Ya pesa casi un kilo y se alimenta con leche materna. Sus cuatro
hermanos cuentan los días que faltan para que puedan tenerla en casa y
disfrutarla como alguna vez imaginaron.
Los médicos
todavía no hablan de secuelas. Por el momento, según cuentan los padres, no
encuentran razones para hablar de daño neurológico. Ni las doce horas que
estuvo en un freezer en la morgue, ni el paro cardíaco que tuvo a la semana de
nacer parecen haber dejado huellas visibles. Por el momento, mueve todos los
dedos de las extremidades y logra visualizar a sus padres.
Todos están
sorprendidos por la buena evolución de los últimos días. "Se esperaba que
para el primer mes recuperara los 870 gramos con los que nació, pero ya está
casi en un kilo", se entusiasma Fabián Verón, el padre. Eso sí, por el
momento, Luz tiene que tomar una medicación para evitar convulsiones como las
que sufrió hace unos días.
Viva por
milagro
Analía
Boutet la mira en la sala de terapia intensiva neonatal y no lo puede creer. Ya
le permiten alzarla y besarla. Puede hacerlo cada tres horas. La beba toma su
leche por sonda. Por lo menos pasarán otros dos meses para Luz pueda dejar el
hospital.
Todas las
tardes, cuando salen del colegio, sus hermanos, Ramiro, de 5 años, Camila, de
8, Micaela, de 9 y Santiago, de 12, se van con el papá al hospital. La vida
familiar de los Verón se vio alterada desde que nació la más chiquita. La mamá
pasa todo el día en el hospital: sale de madrugada de Fontana, en las afueras,
para llegar a las 6.30 al hospital y ver a Luz. Se queda allí hasta las 22.
"Es
una leona. Lucha cada día por salir adelante. Luz es muy dulce. Le encanta
estar en contacto conmigo. Fija la mirada, se ríe", cuenta Analía. Una
mezcla de emociones le corre por las venas. "No puedo creer que hace un
mes aquí me dieron la peor noticia. Y ahora, el milagro es real y está entre
nosotros: mi hija está viva por milagro de Dios. Ahora es suya", dice. Por
su parte el padre destaca: "Mi hija lleva mi apellido pero es hija de
Dios".
El grupo
evangélico Invasión del Amor de Dios al que pertenece la familia de la beba,
organizó una cadena de oración coordinada en varios países.
Los padres
de la niña mantuvieron una charla telefónica con la presidenta Cristina
Fernández de Kirchner y el gobernador le dio a la familia, que es humilde y
vive en la localidad chaqueña de Fontana, todos los elementos necesarios para
vestir y cuidar a la pequeña. El ministerio de Salud del Chaco hace una investigación
en el hospital, del que separó de sus funciones a la partera, al jefe de
neonatología y a una ginecóloga.
Fuente://MundoCristiano
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