Los espectadores en las tribunas no perdían detalle. Las competidoras recorrían a ritmo acelerado, propio de un campeonato internacional, la distancia que les separaba de la meta. Norma González no tenía tiempo ni ánimo de mirar a otro lado, sólo al frente. Escuchaba a lo lejos su nombre. Asumió que se trataba de algún familiar o amigo. Hubiera deseado decirles que sentía el gozo de ir a la vanguardia, entre las atletas que iban a llegar con buen tiempo.
Sus pensamientos fueron atropellados por el desvanecimiento. Todo perdió color, volumen, sentido. Se derrumbó pesadamente sobre la superficie dura. Volvió en sí pocos minutos después, en la enfermería del Estadio Pascual Guerrero, de Santiago de Cali.
--¿Seguirás compitiendo?--. Le preguntó una de sus mejores amigas.
Norma la miró fijamente, con el ánimo resuelto y se limitó a decir:
--Vine aquí a llegar a la meta, así sea la última. No puedo darme el lujo de rendirme ahora--.
Norma González exaltada en el Cuadragésimo tercer Campeonato Suramericano de Atletismo celebrado en Santiago de Cali, como una de las deportistas que marcan un ejemplo de superación, decisión y entereza a las nuevas generaciones de deportistas. Ella cree en Dios y demostró que, cuando todo parece oscuro delante nuestro, es el Creador en quien se obtiene la fortaleza para vencer.
En los tiempos difíciles
No hay ser humano, por exitoso que parezca, que no haya enfrentado momentos difíciles. A algunos se les dificulta aceptar que experimentaron el deseo de renunciar a todo. Muy pocos admitirán que debieron armarse de mucho valor para seguir adelante.
¿Acaso usted atraviesa por una situación similar? Probablemente si. Falló algún proyecto, le traicionó alguien cercano, sus sueños se derrumbaron como un castillo de naipes, ha emprendido proyectos que tropiezan con el rechazo y la intolerancia de los demás. Las posibilidades son enormes, pero todas convergen en un punto: siente desánimo.
En situaciones así es cuando debemos volver nuestra mirada al amado Dios y Padre nuestro. Él nos concede renovadas fuerzas para seguir adelante. Un autor bíblico de la antigüedad escribió: "Qué afortunado es el que se apoya en ti, el que piensa en andar en tus caminos. Cuando pasa por el valle de las Lágrimas, lo convierte en un oasis bendecido por la lluvia temprana." (Salmo 84:5, 6. Versión: La Biblia, la Palabra de Dios para todos).
Los cristianos fuimos concebidos con la naturaleza de los vencedores. Tal vez esos dones, talentos y visión están dormidos en usted. ¡Es hora de que se despierte! Admita que usted nació para ganar, no para perder. En Cristo es posible. Así es que... adelante, ánimo, un paso más hacia la meta...
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