¿Cómo ha asimilado su familia el fallecimiento de su hermano?
“Yo creo que muchos de estos casos, cada familia se siente en un momento que no puede creerlo, el pastor Francisco, un hombre que siempre quiso ayudar a la comunidad, fue muy querido por otros pastores, siempre estaba dispuesto a ayudar. Fran tenía un Doctorado en la Divinidad, y otro en psicología, aún así escogió trabajar con muchachos de la calle”.
“Y se espera que un hombre de 74 años tenga una muerte natural, pero no se esperaba que fuera tan brutal. Lo que le paso con este muchacho, ha dejado a la familia en un momento de shock por la manera en que mataron a mi hermano. Yo veo por la forma en que lo mataron de la calle, porque yo fui pandillero y teníamos nuestro código ético y lo que hizo ese muchacho no es aceptado. Para mi ese muchacho cruzó la línea de ser humano a un animal, por la manera que le destrozó la cara, no se podía reconocer y que bueno que alguien lo vio porque tenía un galón de gasolina para quemar el carro y quemarlo a el”.
“La familia y todo Puerto Rico están sorprendidos y conmovidos porque en la historia de la isla no se ha escuchado que alguien maté a un pastor, aquí ni en el mundo es aceptable”.
Su hermano puede ser considerado un mártir de la fe, la sangre que derraman los mártires son muy fructíferas en el futuro. ¿Cómo cree que esta situación tan dolorosa pueda traer fruto al ministerio que su hermano está dejando atrás?
“Esa pregunta es bastante conmovedora, es la primera entrevista que doy, la prensa no sabe que yo fui y volví de Puerto Rico me andaban buscando”.
“Mi hermano es un héroe de la fe, un mártir, su muerte a movido Puerto Rico, en Nueva York y Florida, y otros lugares. La prensa no ha creído que esto pudiera suceder, que los crímenes en Puerto Rico estuvieran tan fuertes, están creciendo de manera tan horrenda”.
“Por eso lo de mi hermano que ocurrió tan dramáticamente, cada gota de su sangre, será un ejemplo de los muchos que mueren por esta causa, una causa de valor”.
“Lo más que me conmovió, cuando yo les estaba predicando a las pandillas a las “maras”, en Guatemala y había miles de personas que venían de secciones donde están las peores “mareros” y pandilleros y ellos me dieron el respeto más grande y estaba en el corazón de los más malos y estaba protegido, fui bien respetado, a la misma hora que me presentaron en Guatemala, 10 estaban matando a mi hermano”.
“Pero cuando fui a Puerto Rico estaba ese lugar lleno de cientos y cientos de personas, yo llame a mi familia y les dije nosotros tenemos que perdonar a este muchacho, no pueden guardar raíces de rencor, odio y amargura pues son fuerzas negativas y no las necesitamos”.
“La gente fue tan conmovida porque la familia se levantó unida y dijo; “vamos a perdonarlo porque tenemos un Dios de justicia y el sabe hacerlo mejor que cualquier ser humano”, y yo creo que la justicia en Puerto Rico ha sido tan conmovida, que ellos van a ser lo justo”Fuente: Javier Bolaños – Mundo Cristiano
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