Trascurrieron 17 largos años antes de que las autoridades comprobaran la inocencia de Eddie Joe Lloyd. Salió libre a los 54 años. Los barrotes de la prisión en Detroit se abrieron para darle paso a una ciudad bulliciosa y desconocida, ajena a su dolor. Sin familia ni amigos, debía emprender una nueva vida. Le parecía un sueño pisar de nuevo las calles.
Su pesadilla inició un nublado atardecer. Lo acusaban de abusar y dar muerte a un adolescente. Un detalle mínimo permitió que lo asociaran con el drama. El alegó que era inocente. Siempre lo hizo. Pero en 1985 lo condenaron.
Nunca se resignó a la cárcel. Sobretodo en las noches, cuando lo asaltaba el insomnio. Caminaba de un lugar a otro en la oscuridad. Se resistía a pensar que estuviera pagando una condena por un crimen que no cometió. Así pasaron siete años hasta que decidió pedir la revisión de su caso. Y lo hicieron. Muestras de ADN demostraron su versión. Era inocente.
Libre, desorientado y sin saber a dónde ir, emprendió la marcha con la íntima satisfacción de que --en adelante-- nadie podía señalarlo. Todos los cargos en su contra habíaN quedado en el pasado.
Ninguna culpa pesa en su vida
Cuando aceptamos a Jesucristo, somos libres. Los pecados reciben perdón. Dios nos ofrece otra oportunidad. Tenemos frente a nosotros la página en blanco de una nueva vida, que debemos comenzar a escribir.
Con su muerte en la cruz, Jesucristo nos hizo libres. La mejor explicación de lo que hizo con su sacrificio, la ofreció el apóstol Pablo cuando escribe: "Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz... " (Colosenses 2:13-15).
Si Cristo ya pagó por usted en el Calvario ¿Por qué sigue atormentándose con los errores y pecados del ayer? Es hora que levante su mirada. Es libre. Las cadenas que lo ataban al pasado fueron rotas. Usted es nueva criatura. ¡Adelante! La victoria es suya. Usted fue llamado a una existencia renovada... ¡Comience ahora!
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