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| Pr João Continente Filho predicando Iglesia en Pico Truncado |
La fe es la mano, por así decirlo, que toma o recibe loq ue Dios ofrece.
En virtud a este medio, los méritos de Cristo son comunicados al creyente y este recibe todo don de lo alto (Jn 3:27). Tal medio debe ser uno divinamente designado, ya que debe trasmitir auquello que sólo Dios otorga. Este medio (fe) es el principio por el cual El se vale para impartir toda gracia divina de Cristo al creyente. Esta fe es despertada en el hombre por la divina influencia del Espiritu Santo, fundamentalmente en Su Palabra plenamente inspirada (Rom 10:17). La verdadera fe despertada por el Espiritu Santo es una que se apropia de las promesas de Dios reveladas en la Escritura, y es una la cual conduce al alma a descansar en Dios como su todo, como su esperanza consoladora. siendo esta una viva y espiritual, es por ende una llena de gratitud a Dios.
la fe no sólo recibe pasivamente, sino que también emplea activamente lo que Dios otorga. Este es un asunto del corazón (Rom 10:9-10, Mt 15:19, Prv 4:23), y el creer con el corazón es abarcar, u obtener la colaboración de todas las emociones, afectos y deseos, en respuesta al ofrecimiento divino hehco por Dios, mediante la fe Cristo vive en el corazón (Ef 3:17) y opera por el amor (1 Ts 1:3), es decir, se trata de un propósito vivificante establecido en la vida del cryenete, así como lo es la actitud de recibir.
La fe es un motivo poderoso para la obediencia y para toda buena obra. La fe encierra la voluntad y está relacionada con todas las buenas eleciones (Rom 14:23, 2 Ts 2:12), y esta está implicada a la sujeción a la voluntad y justicia de Dios (Rom 10:3).
De hecho, sin fe es imposible agradar a Dios. Todo el que desee acercarse a Dios debe creer que él existe y que él recompensa a los que lo buscan con sinceridad (Heb 11:6)
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