Por Alejandro Rocamora
No ha llegado todavía al público masivo. Sin embargo, hubo algunos avances que permiten vislumbrar un futuro distinto para el libro electrónico.
Leer cien páginas en un monitor TFT (Thin Film Transistor o Transistor de Película Fina) es un suplicio. Leerlas en un libro electrónico es agradable. Además, muchos permiten tomar notas, añadir marcadores y aumentar o disminuir el tipo de letra. El libro electrónico permite fabricar aparatos que consumen muy poca energía (su batería puede durar semanas), y que permanecen legibles incluso a plena luz del día.
Un poco de historia
El concepto de libro electrónico nació en 1971 con la iniciativa del norteamericano Michael Hart. El señor Hart buscaba digitalizar libros para ofrecerlos gratis en Internet. En paralelo, la firma Xerox desde sus laboratorios de Palo Alto (California) y el Laboratorio Multimedia del MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts) desarrollaban una nueva pantalla basada en papel que se escribe y se reescribe miles de veces a nuestra orden.
En 1998, el trabajo de estos pioneros fructificó en los primeros equipos comerciales de «papel electrónico»: el «Rocket e-book» y el «Softbook». Se trataba de los primeros lectores de libros que sustituían la pantalla del ordenador por una delgadísima lámina de papel electrónico reescribible. Los términos «papel electrónico» y «tinta electrónica» comenzaban a hacerse populares.
En los últimos tiempos un dispositivo pudo consolidarse, el Kindle, desarrollado por la librería online «Amazon» y tuvo un éxito comercial sorprendente. Su secreto fue la posibilidad de bajar libros directamente de la Internet y almacenarlos en el dispositivo electrónico para una lectura posterior.
Así y todo muchos pensaron que esto no iba a modificar los hábitos de lectura. Sin embargo, la tecnología siguió avanzando y hoy tenemos dispositivos para leer libros electrónicos que han probado ser muy innovadores.
Este año ya se lanzó el libro electrónico a color y en 2010 ya se lanzarán libros electrónicos mucho más potentes, con miras a implementar multimedia, a fin de poder bajar imágenes, videos, fotos, sonidos, etc. Incluso anuncian para antes del 2015 libros electrónicos flexibles que permitirán que los llevemos a todas partes, como los libros comunes, con una gran ventaja: «Los libros electrónicos tendrán una gran cantidad de memoria y permitirán bajar hasta 5.000 libros o más en un solo dispositivo, para leerlos cuando deseemos. ¿5.000 libros? Sí y más aún. En un solo dispositivo del tamaño de un libro común.
Si bien no todos concuerdan en cuanto a que estos dispositivos serán los libros del futuro es claro que estamos ante un gran cambio cultural, un nuevo paradigma que, acompañando a grandes avances tecnológicos, impactarán en las nuevas generaciones de personas consideradas digitales nativos y nos adentrarán indudablemente en un futuro digital.
Si bien no creo que aquellos que estamos acostumbrados a leer libros tradicionales cambiemos por los digitales sin más ni más, las nuevas generaciones se acercan a la lectura de un modo diferente. Para estos nativos digitales los libros serán un elemento más de su vida digital. Podrán leerlos, subrayarlos, marcarlos, bajarlos y compartirlos a través de la Internet y «mejorarlos» con videos, sonidos y fotos.
En unas líneas volveremos al libro digital, pero déjenme agregar un nuevo ingrediente a este tema tan candente. La carrera de los teléfonos móviles parece no tener fin. El mercado de los celulares ha crecido sostenidamente por años y últimamente están mirando el mercado de los libros electrónicos. ¿Sería posible bajar y leer libros a través del celular?
En los últimos días de agosto, la compañía japonesa Toshiba anunció un nuevo dispositivo: El «Toshiba Biblio», un teléfono móvil que viene con las aplicaciones del libro electrónico Kindle.
Esta novedad tecnológica puede almacenar una cantidad de 5,000 libros, todo esto gracias a su sistema de software «Book Player» y a su memoria interna de 7 GB de capacidad, pudiendo ampliarla hasta un máximo de 15 GB. Es un teléfono móvil con todas las prestaciones modernas de estos dispositivos, y a través del Wi-Fi, podrá bajar miles de libros como un libro electrónico.
Volvamos al libro electrónico puro e imaginemos el futuro por un rato. Digamos que en el futuro (me refiero a no más de cinco años) un solo libro electrónico pueda contar con miles de libros, entre los cuales tendremos muchas versiones de Biblias. Una o varias de ellas serán enteramente multimedia. Es decir, que cuando lleguemos a 1 Samuel 16.23: «Y cuando el espíritu malo de parte de Dios venía sobre Saúl, David tomaba el arpa y tocaba con su mano; y Saúl tenía alivio y estaba mejor, y el espíritu malo se apartaba de él», podamos escuchar cómo es el sonido del arpa. O ver un video de alguien tocando el arpa.
O cuando leamos que Jesús oraba en Getsemaní una ventana virtual se abra mostrándonos fotos del huerto, y videos que muestren el recorrido de Jesús desde el aposento alto hasta el huerto donde Judas lo entregó; o un video de algún descubrimiento arqueológico que revela detalles del huerto en los tiempos de Jesús.
Una Biblia que muestra mapas, fotos, videos, comentarios, compara versiones, etc, etc, etc. con solo hacer un clic sobre nuestro libro electrónico. Simplemente imaginen un poco y verán que muy pronto desearán tener entre sus manos algo así. Podremos llevar nuestra Biblia, enciclopedia, comentarios, todo con efectos de multimedia, a todos lados en un solo dispositivo electrónico. Enviar partes de esos libros a amigos a través de la Internet y recibir de su parte algo similar. Las ramificaciones parecen no tener fin.
Hoy en día ya hay muchas empresas de tecnología que se anotaron en la carrera de los libros electrónicos; eso hará que los adelantos tecnológicos lleguen a nosotros muy rápidamente, y a precios cada vez más accesibles.
Por último, ¿qué es lo que venden los libros electrónicos?
¿Almacenamiento y portabilidad? ¿Acceso inmediato a información y multimedia? ¿Ahorro para la gente que lee mucho? ¿La posibilidad de llevar una biblioteca completa en un solo dispositivo? ¿Interacción entre grupos de usuarios? ¿Plataformas para la enseñanza (un creciente número de instituciones superiores anuncian su uso)? ¿Usos privados?
¿A qué nos estamos enfrentando? ¿Es correcto preguntarnos si el libro electrónico reemplazará algún día al libro de papel o deberíamos preguntarnos cuándo sucederá eso? ¿Será que la realidad se nos presentará como un escenario donde ambas plataformas –la tradicional y la electrónica– funcionarán al mismo tiempo? Muchas preguntas y pocas certezas. De todos modos es un tema que debemos enfrentar, y cuando antes mejor. Ya no debemos esperar por el futuro. ¡El futuro ya llegó!
Kindle, de Amazon.com
Sin dudas el más popular de todos, aunque todavía le falta mucho para convencer a una mayoría. En marketing se dice que el que pega primero pega dos veces. Esto fue una realidad con el Kindle. Tiene muchas cosas para mejorar pero resultó ser un éxito contundente. A pocos días de salir, Amazon se quedó sin existencia y tuvieron que fabricar una segunda tanda mucho más rápido de lo que pensaron. El éxito los sorprendió. Tiene una capacidad de 4 GB, que alcanza para guardar 3.500 libros, diarios, y documentos, conexión 3G y reproduce música.
Toshiba Biblio
Este es un celular que incorpora un lector de libros electrónicos. Si bien es un comienzo muy prometedor, tiene algunos problemas que deberán ser resueltos. La pantalla es muy chica para leer libros. Igualmente viene bien equipado: 7GB de memoria, cámara de 5 megas, Wi-Fi y teclado qwerty, reproduce música y, por supuesto, es un teléfono celular.
Reader de Sony
Hoy por hoy el gran competidor del Kindle es el Reader de Sony. El último modelo es el Touch Edition, que viene con una pantalla táctil que permite pasar las hojas con el dedo, como si fuera un libro impreso. Por ahora no ofrece Wi-Fi, aunque Sony ya anunció la próxima generación (Daily Edition) que traerá Wi-Fi, y 3G. Permite subrayar y hacer anotaciones personales.
Fujitsu Flepia
Hasta ahora los libros electrónicos son en blanco y negro. Pero el Flepia es el primero en ofrecer una pantalla a color. Por ahora solo se comercializa en Japón pero muy pronto lo veremos en las tiendas de todo el mundo.
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